REPORTAJE-ÁLBUM DE MARÍA ANTONIA MARTÍNEZ DÍAZ
DEPORTISTA NÁUTICA DE SALVAMENTO Y SOCORRISMO
(VIAVÉLEZ - EL FRANCO - ASTURIAS - ESPAÑA)
En estas páginas que siguen pretendo dar a conocer a nuestra protagonista la nadadora, campeona de Socorrismo y Salvamento, María Antonia Martínez Díaz, vecina de Viavélez, concejo de El Franco, a la que dedico este pequeño trabajo, una especie de reportaje-álbum de su vida náutica, que fue casi desde que nació, dado su gran palmarés en su historial de méritos obtenido en la práctica de dicho deporte, como nadadora de Socorrismo y Salvamento.
Nuestra paisana y vecina, María Antonia, vio la primera luz de este mundo, en la casa de Pepón de Pormenande, en el año 1945, un bello lugar de La Caridad muy cerca del mar, con su pequeña playa. De origen humilde, es la más joven de doce hermanos. Fueron sus padres, Pepe, agricultor, y Antonia, la famosa cocinera de toda la zona. Con 16 años se trasladaron a vivir a Viavélez al lugar de Villamar, -zona Granda de Isla- donde vive actualmente. Está casada con Laudelino, -una excelente persona- que la apoya y está orgulloso de ella: tienen una hija, Yolanda, casada con Luis; un nieto, Borja, de 20 años y una nieta, Lucía, de 9. Todo da a entender que es una familia muy unida y muy feliz, ya que, tanto su marido como su hija y los nietos, están orgullosos de lo que hace la esposa, la madre y abuela, Mª. Antonia.
Cuando solo tenía 6 años ya nadaba muy bien, dentro de su edad, aunque a su madre le parecía muy niña y no dejaba de preocuparla; pero esta preocupación se acentuó cuando el sexto hijo de la numerosa estirpe, Joaquín, muy aficionado también a la natación, se ahogó a la vigorosa y verde edad de 17 años. Para aquella gran madraza, este accidente fue un duro golpe que nunca pudo superar, temiendo por su pequeña hija, marcada también, a sus 6 años, por la falta de su hermano, siendo esta desgracia, a pesar de su corta edad, la que influyó en ella para ser nadadora de Socorrismo y Salvamento. Su única obsesión era prepararse para enseñar a los niños y jóvenes a nadar y defenderse en el mar, con el fin de que nunca les ocurriera como a su querido hermano, pues, siempre decía –como su madre- que eran doce y no once hermanos, cada uno con su nombre y personalidad distinta, pero ahora faltaba Joaquín. Es hoy el día -dice- que, cuando pasa nadando por la zona del fatal accidente, no puede evitar recordarlo con profundo dolor.
Pero, para conseguir todo esto tenía que prepararse. No bastaba con saber nadar, tampoco tenía recursos. Para ello se valió del gran entrenador de Natación, Adolfo Carbajosa, a quien no deja de recordar como una bellísima persona y un entrenador al milímetro en todos los movimientos, incluso en la colocación de los pies y las manos. Al principio le dijo: sabes nadar, pero te falta mucho; no obstante, yo te prometo hacer de ti una estupenda nadadora. Efectivamente, como se podrá comprobar, el Sr. Carbajosa lo consiguió.
María Antonia es una mujer muy dinámica, habladora y expresiva; nunca habla mal de nadie, la gente es muy buena –dice-, me adoran. Siempre se refiere a su entusiasmo y afición marinera. Su vida es el mar. No puede vivir –dice- sin el mar: nació para el mar y quiere morir, -naturalmente- en el mar. A su edad, 68 años, da a entender toda la ilusión y dinamismo de una joven muchacha, pensando siempre en la próxima competición y participar en todo aquello que se refiera a la natación. Da gusto estar y hablar con ella, uno no se cansa de oírla y preguntarle cosas de su vida y de sus aficiones. Cuando yo le pedí una entrevista, me llevó a La Atalaya , en la ribera del mar. Por el camino ya divisé a lo lejos, ondeando muy altas, las banderas de España y Asturias, señalando su pequeña finca o camping, cercado por pared, en la ribera del mar, donde Laudelino cultiva su huerta, y una especie de casita para guardar herramientas, pero también un lugar muy acogedor para recibir visitas. No me fijé mucho, pero me pareció ver, incluso, cocina, mesa para comer, sillas, algunos cuadros por las paredes y objetos de mar. Allí hablé con ella la primera vez, ofreciéndome café o lo que quisiera. Dada su espontánea y exultante animosidad, le hice un montón de preguntas que ella me contestó con toda amplitud de detalles. Me daba la impresión de ser una persona deseosa de aventuras, en este caso, por la natación. Me habló de sus alumnos y alumnas, como monitora de muchas niñas y niños, pero también jóvenes deseosos de saber nadar profesionalmente como ella.
Otro día fuimos a su casa en Villamar –junto a las escuelas- (Granda de Isla), donde tiene, en su ornamentado y acogedor salón, un arsenal de trofeos, medallas –muchas de oro- títulos de sus premios y competiciones, así como gran cantidad de fotos que acreditan su fama de nadadora competidora, socorrista y salvamento; monitora, cursillista y un sin fin de acontecimientos en que ella participó, todo ello relacionado con el mar. En sus fotos la pude conocer de joven encantadora, inquieta, y guapa y elegante mocita en sus floridos años. Luego me mostró una carpeta llena de recortes de periódicos, donde aparece en numerosas fotos ilustrando los muchos escritos de sus competiciones, entrevistas, anécdotas; a los 10 años ya nadaba compitiendo con nadadores; con 16 participó en el descenso del Navia, luego, a los 18, al destacar nadando, fue fichada por el Club Santa Olaya de Gijón, empezando en una piscina; con la misma edad, fue a Santa Cruz de Tenerife a participar en los campeonatos de España, quedando por el medio de la tabla de participantes; fue a Santander a los Campeonatos del Cantábrico de Natación; con 22 años obtuvo el título de la Federación española de Salvamento y Socorrismo, por su trayectoria; estuvo en La Felguera como monitora de natación, enseñando un grupo de más de 100 niñas y niños; Luego volvió para Viavélez y estuvo dando clases de natación en Navia, Pormenande, Viavélez, Tapia y en la piscina de Boal. A partir de entonces, ya empezó con lo de Salvamento en Perlora y Pormenande, además de participar en diversos lugares de Galicia, Asturias y en travesías de 2 Km . como la que se está haciendo actualmente en Viavélez.
María Antonia fue la primera mujer socorrista del Cantábrico; organizadora de la San Silvestre a nado de Viavélez, en la que todavía compite; socorrista monitora y coordinadora de Salvamento y Socorrismo de varias playas y piscinas de Asturias. A sus 68 años es una de las primeras socorristas de España, con un palmarés de 7 medallas de Oro, y promete que seguirá participando y traer más medallas para su tierra, para su Viavélez. Logró 4 medallas, compitiendo en la categoría de 65 a 69 años, quedando en la primera posición en las modalidades 200 metros natación con obstáculos y 50 metros rescate de maniquí, en el Campeonato de España Master de Salvamento y Socorrismo, celebrado en Torrevieja (Alicante, año 2014), en la piscina municipal y otras dos pruebas en la de La Mata. Pero no es solo esto lo que en esta obra pretendo publicar, gráfica y textualmente: María Antonia seguirá participando en el Descenso del Navia, habiendo participado ya en la dura competición del ascenso del Río Negro de Luarca; en Luanco y Candás, a nado por el mar 3 Km .; en Gijón, en las playas de San Lorenzo, Cimadevilla, Entrepuertos y en la de Poniente; Ribadesella, en el Descenso del Sella de Natación, así como en Llanes y Galicia –playa de San Amaro de La Coruña- . Todas estas participaciones es lo que está llevando actualmente. Pero, claro, todo esto tiene, a parte de su enorme mérito humano, su hermosura y compensación: posee, como decía, un palmarés de 7 medallas de Oro de natación; numerosos trofeos de la Federación española de Natación y Salvamento y el trofeo Deporte Asturiano de Natación y Salvamento; tiene carnet de Salvamento Marítimo de la federación Española, y otro de Playas; Diploma de Salvamento, obtenido en Álava; Diploma Cruz Roja de Salvamento; Diploma de Protección Civil del Mar; Diploma Premio Mérito Deportivo; Diploma de Socorrista Cruz Roja Española, año 1987; Diploma de la Cruz Roja Española de Salvamento Acuático. Pero, además se publicaron numerosos artículos de Prensa: “En el año 1963, María Antonia participó en Gijón en la XV Travesía Virgen de la Soledad ”, escrito publicado en La Voz de Asturias.
“En el año 1964, María Antonia participó en los juegos del Cantábrico”, nota publicada en La Nueva España de Gijón.
El periódico La Voz de Asturias, publica en 1960: “María Antonia, valor asturiano en el Descenso del Navia”. Tenía, entonces, 19 años.
El Periódico La Nueva España , año 1960, publica: “Poco a poco Langreo va descubriendo el Parque Sindical” y “María Antonia, Monitora de los cursillos de Natación en el Parque Sindical de Langreo”. Tenía 18 años.
En el mismo periódico La Nueva España , año 1966, se publica: “Objetivo de María Antonia, obtener un resonante triunfo con el IX Descenso del Navia”.
También, en el mismo diario, se publica en 1967: “María Antonia galardonada con el galardón Santa Olaya de Natación”. Contaba, en esa fecha, 27 años.
“María Antonia, magnífica nadadora”, publicado en el Semanario El Eco de Luarca, año 1967.
“El Franco pone cara al deporte”, aparecido en La Nueva España el 18 de septiembre de 2010.
“La única mujer socorrista presta sus servicios en la Ciudad Residencial de Perlora”. Se publicó en La Voz de Asturias, en 1971.
Como indica la articulista del periódico La Nueva España , Tana Cascudo, María Antonia, en su adolescencia, posa en el puerto de Viavélez. Los datos que aparecen en esta bella foto, indican claramente que era una chica muy joven, quedándole por delante, como vemos en esta presentación, mucha historia como deportista náutica. Esta foto no podía faltar en este reportaje-álbum de la presentación de nuestra nadadora.
SEGUIMOS PRESENTANDO:
“Premio a la primera mujer socorrista”. “La Federación de Salvamento y socorrismo galardona a la franquina, María Antonia Martínez, por atreverse, en 1967, a entrar en un mundo de hombres”. Publicación aparecida en La Nueva España.
“Una franquina, protagonista de la gala nacional de socorrismo”. También publicado en La Nueva España.
“María Antonia, pionera en socorrismo”. Publicado en interné.
Todos estos titulares, escritos y fotografías están testificados en estos recortes –y otras fotos aparte- que aparecerán a lo largo de esta obra, cuya recopilación, será, prácticamente, lo que la conformará. Mª. Antonia recuerda mucho al fotógrafo Garón (Sergio, de Loza, concejo de Coaña) que ya no está entre nosotros y que tantas veces la entrevistó y le sacó fotos que aparecen publicadas en algunos de los recortes de periódicos. Era un gran fotógrafo y una gran persona. (Claro que lo era –le dije- yo también lo conocí mucho).
Me resulta curiosa esta historia de Mª. Antonia, tan interesante, tan aventurera, valiente y desinteresada. Me resulta curiosa, digo, pues yo solo era conocedor de ella por su competición en la travesía de Viavélez, de la que era organizadora; pero nada más, por lo que no le dí mayor importancia, cuando esto era solo un pequeño pasatiempo, comparado con todo su historial náutico, puesto que llevo años escribiendo sobre estas personas que, sin ningún interés económico, se dedican a hacer cosas tan importantes como Mª. Antonia. Sí, siempre encontraba personas con argumentos e historias más o menos interesantes, pero ahora me doy cuenta que tenía a Mª. Antonia tan cerca, estaba escribiendo para el libro de fiestas del Ángel y me costaba trabajo hallar algo interesante de Viavélez, toda vez que yo ya lo daba todo por publicado en mis libros y en artículos en otros libros de fiestas que no eran de Viavélez, cuando mi pasión siempre fue este bello y florido rincón, se mire por donde se mire. Escribí sobre los pescadores, sobre los marineros -pequeños y los grandes-, como fueron muchos de la Marina Mercante y luego fueron alcaldes de El Franco; escribí sobre personas y temas relacionados con Viavélez, y María Antonia, tan “callada”, se me quedaba escondida, esta aguerrida y bizarra mujer que no conocí su heroicidad, en todas sus facetas, hasta el día del homenaje en La Taberna de Viavélez, 27 de mayo de 2014. Allí me encontré con Marta, concejala de El Franco, quien me informó de aquel homenaje y me dio algunas pistas sobre las 4 medallas de Oro, obtenidas por Mª Antonia en Alicante, siendo este el aliciente (medallas de Oro no se dan por cualquier cosa) que engendró en mi disco mental, todo lo que intento narrar, gráficamente y en imágenes, en este pequeño reportaje-álbum que pretendo llevar a efecto, con todo cariño y entusiasmo, para que esta valiente e intrépida mujer perdure en la Historia del concejo de El Franco, por llegar adonde llegó: casi a la cumbre de la natación, socorrismo y salvamento, y olvide su humildad de cuna, que tantas veces menciona, ya que es mejor nacer bajo y llegar a lo alto, que nacer en lo alto y estrellarse.
Espero que el testo y las fotos de los recortes de prensa sean legibles, ya que algunos están un poco deteriorados y la letra es pequeña. Sería muy de desear que se leyeran, puesto que todo lo que dicen es muy interesante, con datos curiosos y anecdóticos de nuestra deportista náutica, María Antonia. Podrían transcribirse, pero le quitaríamos realidad y belleza a este reportaje, tanto en lo que respecta al testo como a las fotos, puesto que es realidad literal, no dando lugar a dudas ni a falsas interpretaciones por parte de los lectores de este reportaje-álbum.
MARÌA ANTONIA, A SUS 17 AÑOS, CON SU TROFEO DE NATACIÓN
DE VIAVÉLEZ. ERA EL AÑO 1962.
PUBLICADO EN EL PERIÓDICO LA VOZ DE ASTURIAS, AÑO 1964
MARÍA ANTONIA PARTICIPA EN EL IX DESCENSO DEL NAVIA, EN EL AÑO 1966.
ARTICULO PUBLICADO EN LA NUEVA ESPAÑA
ARTICULO PUBLICADO EN LA NUEVA ESPAÑA
MARÍA ANTONIA, MAGNÍFICA NADADORA, ARTÍCULO PUBLICADO
EN EL ECO DE LUARCA
EN EL ECO DE LUARCA
Publicado en interné por la corresponsal de La Nueva España, Tania Cascudo. Lógicamente,
no podía faltar esta interesante información en este libro dedicado a nuestra convecina,
María Antonia
no podía faltar esta interesante información en este libro dedicado a nuestra convecina,
María Antonia
María Antonia, nadadora del Club Santa Olaya de Gijón, fue galardonada, en 1967, por dicho Club de natación. Tenía, entonces, 21 años. Se nota, en esta preciosa foto, la serena satisfacción y sonrisa con que ostenta el deseado galardón, por sus méritos a su favorito deporte náutico.
María Antonia se casó el 11 de mayo de 1968, a los 22 años.
Foto publicada en La Nueva España
Como queda dicho, cuando se casó María Antonia, fue a vivir con su marido a Luarca, de donde era natural e hijo único. A los dos años pasaron a vivir a Gijón, y un tiempo después se avecinaron en Viavélez, en la zona Granda de Isla -VILLLAMAR-, en una casa muy cerca, detrás de las escuelas, donde viven actualmente, según indica la foto.
MARÍA ANTONIA, MONITORA DE LA PISCINA DE LA FELGUERA
(ASTURIAS) Año 1968. Tenía 23 años
María Antonia en el centro, con cuatro de sus amigas de Natación. Era el año 1968
ESPAÑOLA. AÑO 1997.
CON LA MANO SEÑALA LA PRECIOSA FOTO CUANDO FUE GALARDONADA, EN 1967, POR EL CLUB SANTA OLAYA DE GIJÓN.
Reportaje publicado en el periódico La Nueva España, el 16 de septiembre de 2011. Comparemos, en las dos fotos, el tiempo transcurrido desde el año 1967, -44 años- cuando
fue galardonada por el Club Santa Olaya de Gijón.
El Franco pone cara al deporte. Fue el acto celebrado, sobre la V Gala del deporte, en el Auditorio As Quintas de La Caridad, ante un numeroso público, acto presidido por la alcaldesa, Cecilia Pérez y el concejal de deportes Santiago López. Publicación del diario La Nueva España, el 18 de septiembre de 2010
Esta foto y la siguiente son de cuando María Antonia fue homenajeada por el Ayuntamiento en la Taberna de Viavélez, el día 27 de mayo de 2014, por haber obtenido, a sus 68 años, 4 medallas de Oro en el campeonato de España Master de Salvamento y Socorrismo, celebrado en Torrevieja (Alicante). Con gritos de ampeona, Campeona", recibieron sus vecinos a su nadadora más veterana y laureada, en un emotivo homenaje-sorpresa, organizado por el Ayuntamiento. Son 4 décadas de experiencia que la convierten en una de las primeras socorristas de España.
Mientras disfrutaba los éxitos obtenidos, con su gente y amigos, María Antonia promete seguir participando en más campeonatos y traer más medallas para su pueblo, para Viavélez, su pueblo en El Franco.
Trabajó en salvamento y rescate marítimo durante 28 años y cuenta en su currículum con numerosos rescates, afirmando, con gran orgullo, que nunca se le perdió ni se le ahogó nadie, incluido su propio marido, Lino, al ,que rescató en la playa de Torbas. Dice que lo peor de su trabajo era ,cuando tenía que ir en la lancha para hacer algún rescate. (Aquel día yo le prometí a Mª. Antonia este modesto trabajo que ahora publicamos).
María Antonia en la actualidad. Han pasado 62 años, casi todos ellos plasmados en este reportaje-álbum, desde aquella guapa jovencita que iniciaba su andadura en competiciones náuticas como nadadora, hasta llegar a ser campeona de Natación, Salvamento y Socorrismo, a nivel provincial y nacional y, como veremos, en europeo y mundial, como ella misma promete.
Cuando se escribe algo sobre Viavélez, es casi obligado poner una foto de su
precioso puerto, y mucho más cuando, en este caso, viene a ser como una demostración de la Patria Chica de nuestra protagonista María Antonia. un puerto lleno de historia, cuyas aguas del Cantábrico, que vemos como fondo y ella tanto ama, expresan muy bien todo lo que hemos escrito en este reportaje-álbum, sobre nuestra deportista náutica.
Hasta aquí hemos llegado con la historia de esta mujer enamorada del mar y de su actividad como deportista de natación, Salvamento y Socorrismo. No hemos inventado nada: Las numerosas fotografías, recortes de prensa, diplomas y títulos, lo justifican plenamente. Resulta curiosa y hasta ejemplar toda esta actividad deportiva vivida durante tantos años, sin que transcendiera más públicamente, debido, con toda seguridad, a su modestia, falta de vanidad; sencillez, falta de lujo. Virtudes que moderan, templan y regulan las acciones externas de las personas en los límites de su estado, según lo ve conveniente: decencia, humildad, moderación. Puede que también fuera víctima de ver en ella su origen humilde, que tantas veces se tiene en cuenta a la hora de reconocer los méritos de una persona como María Antonia, algo que no ocurre con alguien que, por las razones que sean, ha tenido un origen más afortunado, aunque su valer cultural, o de lo que sea, haya sido mucho menos importante; pero, claro: se trata de quien se trata y hay que tener para él una deferencia o reconocimiento que, en muchos casos, no es para tanto. Es algo parecido a lo de aquel famoso escritor que, aunque fuera comiendo acompañado, hacía cualquier cosa: eructar, ventosear, bostezar, etc., pero, claro, era quien era; si lo hace otro de menos rango, sería mirado o tenido como un individuo sin cultura o irrespetuoso con los demás. O aquel otro, también famoso, que decía que la ortografía era una lata, ya que la palabra HACER dice igual con h que sin h; Barcelona, también es igual con B que con V, etc., pero si esto lo dice uno cualquiera, ni se comenta, ya que se trata de un pobre ignorante. Es así la vida. Algo de esto le pasó a Cervantes: escribió el Quijote y murió pobre y olvidado, amparado por un hermano, sin que se tuviera muy en cuenta su obra. Tiempo después, aquella obra fue universal y se hicieron millonarios muchos a costa del Quijote, y Cervantes murió en la miseria. Si nuestra protagonista, María Antonia, hubiera tenido un origen de más rango, seguro que su valor y mérito como nadadora de Socorrismo y Salvamento, llegaría a más altas esferas de la sociedad. De todas formas, como puede apreciarse en este reportaje, para ella es suficiente, ya que no aspiraba a tanto y se siente bien reconocida por los medios de comunicación y los títulos obtenidos; no obstante, hay que tener en cuenta que no se trata de una nadadora cualquiera: es una deportista de Salvamento y Socorrismo a nivel nacional. Más que una deportista, es una heroína en salvar vidas y en natación, aunque, quien no conoce este gran deporte, no lo valore así.
Pero, por si todo lo dicho fuera poco, veamos lo que nos dice y confirma literalmente, la nadadora de travesías y práctica de atletismo, Sofía Fernández Castro, vecina deLa Caridad , que está estudiando en La Coruña “Grado de actividades físicas y deportivas” (profesora de Educación Física), dice:
“Estas reseñas históricas son de gran interés en cualquier ámbito profesional, pero quizás mucho más en el de Socorrismo, en el que tanto trabajo y tiempo ha costado conseguir una consideración laboral justa y digna. Es necesario recordar que hasta hace pocos años todavía eran numerosas las personas y entidades que defendían que el Socorrismo acuático se podía realizar por voluntarios y sobre todo en playas, lugares donde más compromiso profesional y laboral se precisa. Es más, seguro que todavía algunos lo siguen pensando y defendiendo, a pesar de la evolución del Socorrismo acuático y de las normativas laborales.
Pero, por si todo lo dicho fuera poco, veamos lo que nos dice y confirma literalmente, la nadadora de travesías y práctica de atletismo, Sofía Fernández Castro, vecina de
“Estas reseñas históricas son de gran interés en cualquier ámbito profesional, pero quizás mucho más en el de Socorrismo, en el que tanto trabajo y tiempo ha costado conseguir una consideración laboral justa y digna. Es necesario recordar que hasta hace pocos años todavía eran numerosas las personas y entidades que defendían que el Socorrismo acuático se podía realizar por voluntarios y sobre todo en playas, lugares donde más compromiso profesional y laboral se precisa. Es más, seguro que todavía algunos lo siguen pensando y defendiendo, a pesar de la evolución del Socorrismo acuático y de las normativas laborales.
Por todo esto, siempre es positivo encontrar referencias de personas, en este caso de una mujer, que ya ejercían el trabajo digno del Socorrismo acuático a comienzos de la década de los años 70 del siglo pasado.
María Antonia –sigue reseñando Sofía Fernández Castro- nació en Viavélez (El Franco), en octubre de 1945. Fue la más pequeña de 12 hermanos. Su afición a la natación surgió el día en que uno de sus hermanos se ahogó. Ese día ella le dijo a su madre que de mayor quería salvar a todo el mundo. Pero llegar a Socorrista fue costoso para ella, ya que a su madre no le hacía gracia la idea, después de que un hijo se le ahogase en el mar.
Su primera competición, como aficionada a la natación, fue en el puerto de Viavélez, en una travesía en la que llegó en 2ª posición. Se trataba de una competición entre veraneantes, ya que Viavélez es una zona con mucho turismo de veraneo.
Su primera competición oficial tuvo lugar en el famoso “Descenso del Navia”, en donde fue la 1ª asturiana y la 8ª en la clasificación general. Este es el triunfo que más valora actualmente. Tras varias competiciones fue fichada por el “Club Santa Olaya” de Gijón. De este Club resalta a su entrenador Adolfo Carbajo, del que afirma que fue una de las personas que más la apoyó.
Obtuvo su primer diploma como Socorrista, en la Federación de Salvamento y Socorrismo, en 1967.
Tras realizar este curso, su primera labor como socorrista fue en la playa de Perlora y después en la piscina de La Felguera. Nos cuenta María Antonia que durante la inauguración de la piscina de la Felguera , el entonces Príncipe Juan Carlos quiso sacarse una foto con ella, pero ella mandó a una niña en su lugar, ya que tenía 200 alumnos a su cargo y no consideró adecuado dejarlos solos. (Esto demuestra la responsabilidad y modestia de Mª. Antonia).
Después de trabajar en la playa de Perlora, -continúa Sofía- estuvo unos años parada, montó su propio negocio de pescado en la plaza del Ayuntamiento, que se llamaba como su hija, Pescadería Yoli. Aunque su gran afición al mar le influyó para dejarla y dedicarse a trabajar como socorrista en la playa de Pormenande y dar cursos de natación en Boal, Navia, La Caridad , Viavélez y Tapia. Todos los cursos eran en mar, excepto en Boal que eran en piscina. Recuerda que, en aquella época, ganaba 4.000 pesetas.
En su trabajo como socorrista, el material que utilizaban entonces era una lancha, aletas, aros salvavidas y una tienda de campaña, donde tenían todos los materiales de primeros auxilios para atender a las víctimas de accidentes. La lancha la utilizaban por turnos, aunque ella asegura que cuando le tocaba, cambiaba el turno con sus compañeros, porque se mareaba.
Su formación de socorrismo lo completó en la Federación Española de Salvamento y Socorrismo y en la Cruz Roja. También realizó el curso de Monitor de Socorrismo.
A lo largo de su vida profesional realizó muchos rescates y asegura que nunca perdió a nadie en sus rescates. El que más recuerda fue el de un hombre mayor, que tenía mucho miedo, y ella cree que en parte fue porque la persona que le rescataba era una mujer, -Mª Antonia- aunque, finalmente, lo tranquilizó hablando con él, consiguiendo llevarlo sin problemas a la orilla. Actualmente, María Antonia tiene 68 años, practica la natación diariamente en la playa de Pormenande, una media de 2 Km . En verano realiza todas las travesías a nado que existen en la zona. Incluso es la organizadora de la Travesía de Viavélez-Pormenande, para la que trabaja todo el año.
En mi opinión, María Antonia Martínez, o “Antonía” como la llamamos los amigos, es un ejemplo a seguir. Toda la vida ha sido una persona fuerte y luchadora, y sus esfuerzos le han permitido realizar actividades en las que era muy raro ver mujeres.
Todos deberíamos aprender de ella, ya que muchas veces lo importante no son los recursos, sino las ganas de hacer las cosas. Son muchas las ocasiones, en las que, incluso sin medios, se puede llegar muy alto, gracias a un gran esfuerzo.
Sabemos muy bien, que de jóvenes la vitalidad de una persona es muy grande, pero lo duro es mantener esa vitalidad a lo largo de los años, como lo hace ella. Ahora mismo yo amo el deporte, y espero con los años de Antonia seguir haciéndolo la cuarta parte de lo que ella hace.
Este verano pasado yo quería iniciarme en las travesías a nado en mar abierto, pero me daba algo de respeto. Hablé con Antonia y me dijo: “Este fin de semana vas a venir conmigo y vamos a salir un poco a mar abierto para ir empezando”. Tras varios días entrenando con ella, conseguí realizar la Travesía de Viavélez a Pormenande. Después de esta travesía empecé a ir con ella a todas las que pudimos durante el verano. Fue una gran experiencia”.
“María Antonia es una de las mujeres que más recorrió la primera piscina del Club Natación Santa Olaya, construido hace 50 años. Como decía antes, vecina de Viavélez (El Franco), forma parte de los primeros equipos femeninos del Club, fue la primera socorrista de Asturias y también la primera mujer monitora de natación del Principado.
Aunque su llegada al Club Natación Santa Olaya le permitió acceder a las competiciones nacionales y viajar por primera vez fuera de Asturias, María Antonia siempre ha tenido un espíritu de nadadora de aguas libres, en las que sigue bregando a sus 65 años. ” Nadaba todos los días 2.000 m . a mar abierto y todavía los nado hoy”, señala orgullosa. Una lesión en un hombro le ha impedido repetir en 2010 en las pruebas en las que participó hasta el año pasado, todas las de natación en aguas libres que se celebran entre La Coruña y Ribadesella. Apunta su marido, Lino Fernández: “en cuanto se recupere, volverá a echarse al agua”.
Fue precisamente en una de esas pruebas, en un descenso del río Navia, en la que le echaron el ojo y le propusieron entrenarse en el Club Santa Olaya. Tenía 17 años. “Eran tiempos muy difíciles”, en los que tenía que pasar 4 horas en Alsa para venir a entrenar desde su pueblo hasta Gijón, donde pasaba varios días en casa de una tía. Para ir a entrenar a Santa Olaya, muchas veces venía nadando desde la casa de mi tía –dice- que vivía más allá de la playa de El Arbeyal, cerca de una fábrica de aceite, en lo que hoy es el Musel”, recordaba la nadadora el pasado lunes, durante la presentación de un sello conmemorativo del cincuentenario de la Primera piscina del Club, que se inauguró el 21 de agosto de 1960.
María Antonia fue la primera mujer socorrista de Asturias, como ya se dijo, primero en la playa de Carranes, en Perlora, y después en Pormenande. Recuerda que “tuve que entrar a por gente muchas veces, pero siempre con mucha suerte”. Ser socorrista, para ella fue algo más que un trabajo. Como ella explica, “siendo una niña (6 años) se ahogó mi hermano a 200 ó 300 m . de la costa, entre Viavélez y Pormenande. Eso me marcó”. Como monitora trabajó en Navia, Tapia de Casariego, Viavélez, Pormenande, Belmonte y La Felguera.
El pasado lunes fue un día de emociones para esta mujer, que después de varias décadas se reencontró con otras dos antiguas compañeras de equipo: Ana Castañeda y María Jesús Balbín. Junto a ellas viajó por primera vez fuera de Asturias, para participar en un campeonato de España en Canarias.
Fue un encuentro para el recuerdo, pero incompleto: les faltaba Paquita Castro, que era entonces, la mejor nadadora de Asturias y que no pudo acudir el lunes, debido a su delicado estado de salud.
María Antonia quiso recordar a su primer entrenador, Adolfo Carbajosa, “muy severo –dijo- pero muy buena persona”. Ana Castañeda apuntó que un año se perdieron ir al campeonato de España porque las pillaron fumando. Eran otros tiempos”.
¡Gracias, Sofía, por tu colaboración en este reportaje-álbum! Tu también puedes llegar adonde Mª. Antonia, ya que ahora son otros tiempos."
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Debemos añadir a todo este historial, que María Antonia fue también remera y ganó una regata, siendo campeona de remo. Pero, su amor y pasión por el mar, además de nadar y seguir compitiendo, le es imposible evitar salir para ir a la angula, algo que lleva haciendo más de doce años -seis como profesional-, equipada de sedazo, su linterna y demás accesorios. Ella fue la primera mujer del concejo de El Franco que ganó el primer premio en el concurso de pesca de vara, siendo la única participante femenina. Cuando muera, dice, quiero que me incineren y me tiren entre Viavélez y Pormenande. Son sus propias aclaraciones, que también aparecen en el libro “Mujeres de la Mar ”, editado en el año 2008, por la Concejalía de la Mujer del ayuntamiento de El Franco. También pude saber, -como noticia de última hora- que está invitada a participar en el campeonato de Europa de Natación 2015, en un equipo de su edad, claro.
Gracias, María Antonia, por tu historial náutico, por tenerte tan cerca como vecina de nuestro concejo y que sigas con ese entusiasmo, bravura y valentía durante muchos años. Si el mar, al que tanto amas, es tu vida, ahí la tienes bien cerca en ese bonito villarín de Viavélez. Sigue conviviendo con él, nadando todos los días si el tiempo lo permite.
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APÉNDICE
Arriba, la placa de honor de Mª. Antonia para poder leerla.
Abajo, la misma placa colocada en el pedestal bajo el ancla.
Este "monumento" se puede ver en el puerto de Viavélez, colocado por el Ayuntamiento.
blog, especialmente este reportaje-álbum, que con tanta ilusión le hice a esta mujer, cuya vida dejo plasmada, tanto náutica como civil, en este reportaje-álbum y en un libro que está publicado para constancia de su memoria, como nadadora de salvamento y socorrismo. En ese libro se publica todo lo que aparece en este blog, pero en un libro -que es distinto- creo que bien presentado, -en unos 500 ejemplares-inmortalizando a su protagonista, María Antonia Martínez Díaz. Gracias Mª Antonia.