sábado, 2 de junio de 2012

EL COTO DE BOIMOURO EN EL CONCEJO DE EL FRANCO


                                                                    EL  COTO  DE  BOIMOURO
                                                           EN  EL  CONCEJO  DE  EL  FRANCO

      Para los que son de El Franco, puede que este reportaje no les diga mucho, ya que todos conocerán este bello rincón de Boimouro, situado en el extremo sureste de la parroquia de San Juan de Prendonés del concejo de El Franco, que merece la pena visitar o tener conocimiento de él. En El Franco hay mucho que ver que la naturaleza nos ha prodigado; lo que pasa que, a veces, no nos damos cuenta, no lo recordamos, o, simplemente, ya lo damos por sabido desde hace muchos años. Sin embargo, estos lugares olvidados, están allí con toda su poesía, su naturaleza, su tranquilidad y, lo que es más importante, algunos muy bien atendidos. Tal es el lugar de Boimouro al que vamos a visitar, siguiendo la ruta que indicaré para aquellos que no sepan donde está, se hayan olvidado de su existencia, o no sean del concejo. Se puede ir por varios sitios: el más fácil es irnos hasta Arancedo por la carretera comarcal FR-1, de La Caridad a Rozadas; llegamos al puente de Follaranca –después de pasar el Chabolo=Chavolo (lo de Chavolo con “v” , parece ser que al pintor le pareció más fácil ponerlo con “v”, pues el original estaba con “b”)- donde podemos repostar una buena merienda o comida-, a la salida del puente, cogemos por la derecha la pista asfaltada, donde se ve un indicador a Boimouro, Barreiras y La Rebollada, (1ª foto). Ya se ven por la orilla del río, en las curvas, quitamiedos de madera y una pequeña área recreativa (2ª foto), con mesas y unos bancos; protegida del río y la carretera, por una empalizada también de madera. Seguimos la pista, sombreada por grandes alisos, castaños y robles, orillando el río Bao, o Mazo (en la antigüedad llamado también de Las Herrerías), río que pasamos por el rústico puente restaurado (3ª foto), respetando su típica antigüedad, aunque pintado de lila, que nada tiene que ver con el entorno, por lo que ignoro el motivo y de quién sería la idea ¿…?, eso sí, con un paso peatonal por la izquierda, muy bien protegido. A pocos metros ya se ve la primera casa (Foto 8ª), también restaurada por los nuevos dueños, conservando un poco la estructura antigua de los Omaña (ya diremos algo de esto, cuando nos refiramos a la historia de Boimouro). Pasada esta casa, nos encontramos ya dentro de una especie de pequeño paraíso arbolado, algunas casas rehabilitadas, el molino-sierra y herrería (fotos 9 y 10) y la presa por donde iba el agua que la movía; la capilla (fotos 11 y 12), varias señalizaciones, rótulos informativos y algunos edificios que esperan rehabilitación: todo ello limpio y confortable. Es un lugar tranquilo y encantador que invita a la meditación, donde sólo se siente el murmullo del río, llevando sus aguas a Porcía para desembocar en el mar; el piar de algunas aves, un tanto molestas por nuestra presencia, a la que no están acostumbradas; puede, también, emprender la huída algún corzo que, ajeno a todo, pacía por el entorno, subiendo por los escarpados montes que, a un lado y a otro, casi rodean el bello rincón. A la salida se puede ver, a la izquierda, un paso peatonal, atravesando el río, con unas señales que indican a la senda de Villalmarzo y senda verde del río Mazo (foto 7ª). Dentro del pueblín se ven varios letreros informativos, entre los que destaca uno del Principado de Asturias (foto 6) que dice: “Antigua ferrería transformadora de mineral, con ayuda de carbón vegetal y energía hidráulica, con hierro, siguiendo el modelo de la siderurgia preindustrial. Puerto de entrada de mineral foráneo, Viavélez.
     Hace años se transformó, primero en serrería y después en molino harinero de maíz y trigo. Actualmente se conservan el canal, un arco de salida de agua y la casa de la ferrería. Ayuntamiento de El Franco".

      Como se puede apreciar, no es un cartel muy explícito, ya que carece de datos históricos. En el exterior del edificio, donde estaba la sierra, el molino y la herrería, se ve, asido a la fachada, una especie de banderín o cartel de medio metro cuadrado, más o menos, que dice, con letras muy artísticas: “No busques tu camino en los otros o en algún lugar lejano. El camino es hermoso y está bajo tus pies”.

      Antes de entrar un poco en la historia de este escondite, quisiera hacer un breve análisis de su toponimia, si es que puede ser digna de crédito: mirado así sin más, la toponimia de Boimouro parece venir de boi mouro (buey negro); sin embargo, hay opiniones que lo relacionan con Bodo=pozo, pero allí no existe ningún pozo negro ni nada parecido. Por otra parte, parece que existen otros lugares motivados por corrientes de agua, asociadas a leyendas relativas a los bueyes, algo que pudiera ser el caso del antiguo coto de Boimouro, por lo del río y la remota existencia de bueyes en la zona, entre los que pudo haber alguno de color negro que diese nombre a este singular recinto natural. Así ocurre con casi todos los topónimos: nunca se sabe nada cierto, dando lugar a diversos significados confusos. Conviene señalar que COTO significa terreno acotado y señalado para las heredades, en este caso, de los marqueses a quines nos vamos a referir. Hace varios siglos, este coto era señorío de D. Arias de Omaña y Rivadeneira, señor de los cotos de Boimouro (este nombró un merino -Alcalde Mayor- de este coto) y Omañón, Santa María de Villar de Miudes y Padrinán, y de las casas, o palacio de Villar, donde vivió a últimos del siglo XVII. (El palacio de Omaña se encuentra en Cangas del Narcea, originario del siglo XVI y reformado durante los siglos XIX y XX). Luego fue propietario del coto de Boimouro, el marqués de Santa María de Villar, D. Pedro Miranda, aunque fue construido por los marqueses de Quiroga y Losada, pudiendo verse por el exterior, el escudo de armas de 1674, siendo remodelado a finales del siglo XIX, y la capilla de Santiago, cuya festividad se viene celebrando en Villar, todos los años. Algunos autores opinan que el original de este escudo de Villar está representado por un fresno de su color (verde), al que están arrimadas tres lanzas de caballería: una a la derecha y dos a la izquierda; un castillo de plata a la izquierda del árbol, y bordadura de oro, con ocho aspas. La jurisdicción de este palacio ocupaba unos nueve días de aradura (o días de bueyes). Existe la opinión –poco verosímil- de que después pasó a propiedad de unos tales Infanzón, de los que no tengo idea, como no se trate de los Vega Infanzón de Sueiro, pero no obtuve ninguna documentación sobre esto. Lo que sí se sabe, es que existió una relación familiar, o de lo que fuere, entre el coto de Boimouro y el palacio de Villar. En Boimouro hubo una herrería, como tantas otras hasta Porcía –de ahí el antiguo nombre del río de Las Herrerías- propiedad del referido marqués de Miranda, con una utilidad de 5.600 reales (según Marcelino F. F.), siendo la mitad del Marqués y un tercio para el monasterio de Corias. Hay que tener en cuenta que los marqueses de Santa Mª. de Villar eran también vizcondes de Lóngara y condes de San Román, teniendo en Villar 87 heredades; 3 en Lebredo; 35 en Riocavo y 103 en Lóngara; a ellas habría que añadir las propiedades urbanas en Castropol, Navia y Ribadeo y los palacios rurales de Villar, Lóngara y Campos. Todo ello con sus correspondientes bienes y vasallos. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, existió en Barganaz, parroquia de Miudes (debe referirse a cuando a esta parroquia pertenecían Arancedo y La Braña, ya que Barganaz no es de Miudes), un batán –de origen incierto- (máquina compuesta por grandes rodillos y mazos de madera que se usaba para limpiar y hacer compacto un tejido), que pertenecía a un tal D. Juan González, presbítero y capellán de la capilla de S. Antonio de Miudes. En los lugares de Boimouro y Barreiras existió una herrería y un martinete (martillo, macillo o mazo, movido por agua), de estirar hierro, propio de la mencionada capilla de S. Antonio y, por tanto, de la casa de los marqueses de Omaña. Esto nos puede dar pie para pensar que se refiere a la capilla de Boimouro (no se tiene noticia de una capilla de S. Antonio en Miudes, regida por un cura), la cual estaría consagrada a dicho santo. Lo de decir a la parroquia de Miudes, debe ser porque en aquella época, como decía, a Miudes pertenecían Arancedo y La Braña. Todavía en muchos escritos actuales se dice que Boimouro pertenece a Miudes y otros a Arancedo, cuando, en realidad, Boimouro es de la parroquia de S. Juan de Prendonés. (Algunos datos están recogidos del Catastro del Marqués de La Ensenada, boletín publicado por D. Perfecto Rodríguez Fdz.).

      También diremos, como datos históricos, que el padre de D. Bernardo Carvajal y Trelles –bien conocido por mis escritos-, D. José Carvajal, casado con Dña. María del Rosario M. Trelles, de la Peruyeira de Miudeira, y, a su vez, madrina del Padre Montaña (1842), fue natural de este coto de Boimouro; y el marido de Dña. Juana de Omaña, del palacio de Villar, D. Marcos García de Valdepares, era hijo de D. Diego García de Valdepares, éste conocido por su gran influencia para la independencia del concejo de El Franco (1584).

       Se recuerda que en Boimouro vivieron unas tres familias: la primera casa – 8ª foto-, que parece ser, fue propiedad del marqués de Omaña (como decíamos al principio), hoy remodelada, sus últimos propietarios fueron los herederos de D. Manuel González Sánchez, llamada casa de Los Infanzón (este nombre de Los Infanzón parece que viene de lo que decíamos más arriba ¿antiguos propietarios?, pero no pude saber más), cuyos herederos la vendieron a los actuales dueños, de los que no pude obtener datos. Otra familia era la de un tal Miguel Valdés (Tío Miguel), quien, en el pleno del 19 de marzo del año 1936 (véase mi Crónica), presentó en el Ayuntamiento una solicitud firmada por él, interesándose por la construcción del camino vecinal de Arancedo a Boimouro, para el que se le concedieron 300 ptas.. (Se trataba del camino –hoy pista asfaltada- que va desde el puente de Follaranca a Boimouro). La otra vivienda era de D. Jesús Vadés Fdz. (Tío Jesús). Lo del apellido Valdés, según los informes que tengo, pertenecen todos a una misma familia: el Tío Miguel era padre del Tío Jesús, quien tuvo 5 hijas y el muy conocido D. Luis Valdés Braña; por tanto, el Tío Miguel venía a ser abuelo de Luis. Es decir, los vecinos de Boimouro eran, casi todos, de una misma familia. Luis, que fue el único que se quedó en Boimouro, montó una sierra-taller de carpintería y molino –fotos 9 y 10-, que tantos servicios prestaba en toda la zona. La sierra y el molino –de maíz y trigo- funcionaban por medio de la fuerza del agua, al mismo tiempo que movía una potente turbina que Luis instaló para producir fluido eléctrico para 18 viviendas del entorno, pero sólo la instalaron dos, a pesar de que a aquella zona no llegaba la electricidad pública. En el año 1983 se lee un escrito en el pleno del ayuntamiento de El Franco, con fecha 29 de junio (véase el 2º tomo de mi Crónica, año 1983), que dice literalmente: “Se lee otro escrito de D. Luis Valdés Braña, solicitando indemnización para un alternador movido por agua, para su industria situada en Boimouro, ya que carece del agua necesaria para producir la fuerza motriz que necesita, debido a los perjuicios ocasionados por el abastecimiento de agua del río para la zona costera del municipio, reduciendo mucho el caudal que venía precisando, por lo que solicita se le indemnicen los daños y perjuicios ocasionados en su industria de aserradero de madera. La Corporación acuerda poner la cuestión en conocimiento del ingeniero de la Junta General del Principado”. Posteriormente, en el pleno celebrado el 25 de enero del año 1984, se lee escrito de la Comisaría de Aguas del Norte de España, que dice lo que sigue, en respuesta al presentado por el Sr. Valdés Braña: “…Escrito sobre la reclamación efectuada por D. Luis Valdés Braña, de Boimouro, donde se dice que el referido señor reclamante tiene todos los derechos a la petición que formula, de no dejar sin suministro de agua suficiente para su industria de aserradero, por lo que están de acuerdo en todo, con su reclamación”. Esto demuestra la importancia, en aquellos tiempos, de esta pequeña industria. La mencionada antigua herrería, propiedad de los marqueses de Omaña y D. Pedro Miranda, funcionaba con carbón traído por bueyes desde Viavélez; herrería donde era fundido el hierro para hacer muchos utensilios caseros. Durante mucho tiempo todo fue así, pero más tarde, Luis se jubiló y alquiló la sierra y la carpintería a Alberto Iglesias Alonso, de Barreiras, y a Manuel González Castaño, de Cernías de Illano. La capilla era propiedad también de los marqueses de Omaña -foto 6-, y, se dice, debía estar consagrada a S. Antonio, acompañado de S. Fernando y Santa Lucía, de cuyas imágenes no pude saber su paradero. Este santuario pertenece ahora a los nuevos dueños de la casa que fue de D. Manuel González Sánchez, quienes la restauraron, pues se hallaba en muy mal estado, al ser usada para guardar aperos de labranza. Hoy, como digo, está restaurada y limpia, pero vacía. En ella se celebró una boda y un bautizo, siendo bellamente adornada para dichos actos.

      Por aquella zona de Boimouro y Barreiras –pueblos contiguos- existía el, ya mencionado, molino de Boimouro, en el que se molía maíz y trigo, quien lo regaló, -casi ruinoso- con su correspondiente terreno, a Manuel Iglesias Zarauza, de Barreiras, padre del ya citado, Alberto. Actualmente, en Boimouro sólo hay dos familias, de las que no se me dieron datos. El lugar, como decía, está muy bien cuidado por todo su entorno: empalizado, floreado de hortensias y otras plantas ornamentales, y farolas que alumbran toda la ruta que, en realidad, incluido el caserío de Barreiras, es una especie de área recreativa para ir caminando al son del murmullo del río, sombreada por la frondosa y exuberante arboleda, que, de vez en cuando, deja ver el cielo y el sol a través de los claros del ramaje. El recorrido merece la pena, está muy bien señalizado y es un hermoso contacto con la naturaleza, que invita a la meditación, el recuerdo de su origen e historia de lo que fue Boimouro y toda su ruta, que se prolonga hasta el caserío de Barreiras, donde existe otro puente (foto 13) semejante al de la entrada, haciendo, todo ello, un conjunto turístico encantador.

      Una vez visto este precioso lugar, nos vamos, no por donde venimos, sino siguiendo la pista asfaltada y sinuosa, que nos lleva al caserío de Barreiras (fotos 14 y 15); seguimos pista arriba por el monte; pasamos el caserío de Meisnao y llegamos al cruce, donde un indicador señala las rutas a Arancedo, Hervedeiras, La Rebollada y S. Juan de Prendonés, pudiendo continuar nuestra jira, visitando la restaurada iglesia parroquial y su hermoso y cuidado entorno; las antiguas escuelas, el parque, el hotel, el restaurante y el arca de las tres llaves junto a la artística fuente. También podemos –retornando desde S. Juan- visitar el valle de Sueiro, disfrutando de su naturaleza y tomar unos vinos en el bar que hay allí.
Finalmente, bajamos hasta la villa de La Caridad, capital del municipio de El Franco. -´Véanse las fotos:

1ª foto: Entrada a Boimouro desde el puente de Follaranca, en Arancedo.

2ª foto: Pequeña área recreativa en la ruta a Boimouro

3ª foto: Puente de vehículos y peatonal, Izda., a Boimouro
4ª foto: A la Izda., puente a Villalmarzo

5ª foto: A la Izda. puente peatonal sobre el río, a la senda de Villalmarzo

6ª foto: Cartel informativo del Principado y Ayuntamiento

Foto 7: A la derecha, puente peatonal sobre el río.

Foto 8: Antigua casa de Los Omaña, muy restaurada por los nuevos dueños.

Fotos 9 y 10: Dos perspectivas de los edificios restaurados, de la herrería, sierra y molino.

Fotos 11 y 12: Dos perspectivas de la capilla

Foto 13: Puente a Barreiras, de vehículos y peatonal.

Fotos 14 y 15: caseríos de Barreiras

2 comentarios:

  1. Quisiera ver en el blog de Vicente Pérez Suárez: Toponimia del nombre de La Caridad (Mohices) y Toponimia del nombre del concejo de El Franco.

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  2. Mi suegro nacio alli en 1932 y en el 52 se vino para argentina. se llamaba Alejandro Gonzalez Perez. hijo de Manuel Gonzalez y Justa Perez Ron.
    Exquisito informe, como me puedo contactar con usted?
    gracias.

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