jueves, 24 de mayo de 2012

SOBRE LA TOPONIMIA DEL NOMBRE DEL CONCEJO DE EL FRANCO

SOBRE LA TOPONIMIA DEL NOMBRE

DEL CONCEJO DE EL FRANCO


Aunque en mi libro “Antes y ahora del concejo de El Franco” -del autor de esta obra-, se hace una breve alusión al topónimo del nombre del concejo, resultando esta alusión, por razones de espacio, muy poco explícita para un tema tan amplio y oscuro como puede ser la investigación del posible origen y significado de El Franco, nombre con el que se conoce nuestro municipio desde que se emancipó de Castropol en el año 1584, por iniciativa de D. Diego García de Valdepares, comisionado y representante del concejo en la firma de dicha redención o emancipación. Por estas razones, digo, y la importancia del tema, vamos a tratar de ampliarlo en este artículo.

El concejo ya estaba separado de Castropol, con límites propios, cuya capital era Suero (Sueiro); pero, para tener verdadera independencia, fue preciso redimirlo y comprar su independencia o libertad, otorgándose, al referido comisionado, la correspondiente escritura en Madrid, el 13 de marzo de 1583. El concejo estaba formado entonces por las parroquias de Miudes, Prendonés, Mohices, Valdepares y El Monte (hay que tener en cuenta que Miudes abarcaba también los pueblos, hoy parroquias desde el año 1796, de Arancedo y La Braña).

Una vez redimido el concejo, parece ser que D. Diego García de Valdepares lleva la capitalidad del municipio, que, como decíamos, estaba en Sueiro, para cerca de su casa, la Torre de Valdepares, reconstruida en 1907 y destruida por un incendio, en 1996. Ya tenemos el Ayuntamiento trasladado a Valdepares, al pueblo hoy conocido como EL FRANCO, y es aquí donde surgen las incógnitas y las preguntas; pero, de momento, dejamos aquí estas incógnitas que puedan surgir, y pasemos a transcribir unos fragmentos del interesante escrito de D. Perfecto Rodríguez Fernández, profesor de la Universidad de Oviedo, publicado en un Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, sobre el origen del nombre del concejo de El Franco y La Caridad, que ha tenido a bien poner a mi entera disposición. (En este tomo 1º nos referiremos sólo a El Franco, ya que el topónimo de La Caridad lo dejamos para el 2º tomo de esta Crónica, que comprenderá desde 1951 a 2001). El escrito de referencia dice así, literalmente:

“...Sobre el significado del nombre de El Franco han aparecido ya algunos comentarios marginales, naturalmente superficiales, por tratarse de publicaciones con una temática más amplia, no monográfica, si exceptuamos unas “Conjeturas acerca de la nomenclatura de El Franco” publicadas en 1965 por el P. Gregorio Martínez Cabello, que rayan en lo fantástico al suponer, sin base argumental suficiente, que S. Francisco de Siena peregrinando a Santiago moró durante algún tiempo en calidad de ermitaño en este territorio, que por ello recibió su nombre.

En general, tomando como base alguna sugerencia hecha por Uría Ríu y Antonio Floriano hace algunos años, se llegó a pensar que este topónimo podría ser altomedieval y estar relacionado con las peregrinaciones a Santiago. El Franco recordaría el paso y posible asentamiento circunstancial de peregrinos francos procedentes de toda Europa en sus idas y venidas a Santiago de Compostela y S. Salvador de Oviedo. Es totalmente cierto que en algunos casos concretos referidos a Asturias (Tineo y Grado) y otros territorios peninsulares los lugares que reciben estos nombres (Franco, Francos, etc.) tienen este origen, confirmado por su aparición en la abundante documentación altomedieval o posterior en contextos que favorecen esa interpretación.

Pues bien, lo cierto es que examinada atentamente toda la documentación medieval asturiana publicada con el fin de avalar documentalmente u obtener alguna pista que pudiese confirmar la hipótesis primera de los profesores Uría y Floriano, en el caso concreto que nos ocupa el resultado ha sido negativo en el sentido de obligarnos a desecharla por no haber encontrado ninguna referencia directa o indirecta a tales topónimos, a pesar de la abundante documentación sobre este ámbito geográfico. Ha habido también un aspecto positivo: nos condujo a un estudio de la historia más reciente del concejo que pudiese ilustrar el verdadero origen, desvaneciéndose así el espejismo primero motivado razonablemente por el sentido común y la autoridad de los profesores que lo motivaron.

En la Alta Edad Media el actual territorio de El Franco, con sus tierras y villas (caserías o pequeños núcleos de población rural) pertenecía prácticamente en su totalidad a los monasterios de Miudes y Cartavio, pasando estos cenobios después de un periodo de cierta autonomía a depender con todos sus haberes y pertenencias del monasterio de Corias y S. Salvador de Oviedo respectivamente. Sobre estos núcleos monásticos y su zona de influencia existe suficiente documentación que nos permite conocer detalles tan concretos y curiosos, como los ganados (el número de vacas, bueyes, yeguas, ovejas, etc.), el nombre y apellidos de los siervos de S. Juan de Prendonés o de los cautivos moros de Cartavio, y los lindes concretos del dominio monástico de Miudes en aquellos lejanos tiempos. Desde este punto de vista geográfico y toponímico es también de agradecer el escrúpulo con que el notario de turno redactó los documentos referentes a Cartavio o la diligencia con que hizo sus anotaciones el monje de Corias que compuso el Libro Registro en lo que concierne al monasterio de Miudes. Pues bien, en ninguno de estos documentos de los siglos X al XIII aparece el topónimo que comentamos o algún indicio que pudiese explicar su aparición posterior. En cambio sí son frecuentes los nombres de accidentes geográficos de todo tipo (montes, ríos, etc.) y sobre todo lugares (entidades de población o villas en la acepción latina del término) fácilmente identificables con los actuales por no haber sufrido apenas evolución ni contaminación alguna. Limitándonos simplemente al litoral por donde discurre la actual carretera Oviedo-La Coruña a su paso por los municipios de Coaña y El Franco, por donde aproximadamente pasaba una de las vías de peregrinación a Santiago, llamada también camino francés y más tarde camino real, esta documentación señala los ríos Navia, Ermezana, Vio y Purzia, y los nombres de lugar siguientes: Madias (Mohías), Felgueras (Folgueiras), Garrio (Jarrio), Cartavio, Miudes, Castellum de Aquilare (Castello), Arvoces, Moizes (La Caridad), Merles (Mernes), Purzia (Porcía), etc.. En esta ruta debería estar, de ser antiguo, El Franco que, como acabamos de ver, no aparece.

Haciendo, pues, un primer balance a modo de resumen podríamos llegar a la conclusión siguiente: el topónimo El Franco no aparece ni en la documentación altomedieval escrita básicamente en latín, ni en la romance posterior que hemos podido consultar hasta el siglo XVI. Por lo tanto, parece que el actual nombre de lugar de la parroquia de Valdepares, llamado El Franco, donde estuvo el ayuntamiento del mismo nombre antes de su traslado a La Caridad, no es anterior al siglo XVI y no tiene nada que ver con los francos peregrinos a Santiago y mucho menos con S. Francisco de Siena como escribió el P. Martínez Cabello.

Descartado el origen antiguo, supuestamente medieval, del topónimo de El Franco, ¿cuál podría ser el origen real a la luz de la historia y las tradiciones posteriores?.

La palabra Franco puede tener básicamente tres acepciones que justifiquen su origen toponímico:

1.-Podría significar, como ya hemos visto, “individuos francos” procedentes de allende los Pirineos: peregrinos de Francia y resto de Europa, mercaderes, caballeros voluntarios que venían a pelear contra los moros, extranjeros simplemente, etc.(Hipótesis más generalizada, válida para otros lugares de Asturias, que hemos descartado en nuestro caso tras atento examen de la documentación medieval y posterior).

2.-Procedente de una persona llamada Franco. (Hipótesis del P. Cabello que hemos desestimado por descabellada).

3.-En su acepción etimológica significa “hombre libre”, frente a siervo. De aquí procedería su posterior significado de “individuos o lugares que gozaban de ciertos privilegios o se emancipaban de algún poder o control administrativo consiguiendo la franquicia o libertad”.

Este último es precisamente el significado concreto que tiene la palabra que da nombre al municipio de El Franco y al lugar del mismo nombre de la parroquia de Valdepares donde estuvo la capitalidad hasta mediados del siglo XIX. El hecho histórico que dio lugar a esta denominación aún está en la mente de todos los habitantes del concejo, que en 1.984 conmemoraron con espléndidas fiestas los cuatrocientos años de la consecución de la franquicia o libertad de la Obispalía de Oviedo, concedida por Felipe II con fecha 13 de marzo de 1583 y efectos del año siguiente de 1584 en que se produjo la toma de posesión. Así el concejo, reconocidos sus fueros y privilegios, empezó a tener vida propia y cierta autonomía e independencia. La satisfacción de los habitantes de entonces quedó reflejada en la leyenda que aparece en la piedra de armas que a partir de aquel momento presidió el ayuntamiento: FRANCO POR EL REY – LIBRE POR SU LEY.

Hasta entonces el concejo, adscrito a Castropol bajo la jurisdicción de los obispos de Oviedo, se había llamado de Suero por estar allí su capital. Naturalmente este topónimo, con esa misma forma, Suero, sí aparece en la documentación medieval y en el Asiento Real que concedió la emancipación al “concejo y villa de Suero”. El prestigio de Diego García de Valdepares por el éxito obtenido al ser comisionado por los habitantes del concejo para ir a Madrid a comprar la independencia, franquicia o libertad de la mitra de Oviedo debió condicionar el traslado de la capitalidad a un lugar cercano a la casa que habitaba, recibiendo este nuevo lugar, cuyo nombre anterior no consta, y el término municipal, ya franco, es decir, libre, el nombre de El Franco, que aparece por primera vez como lema de su escudo. Efectivamente, el traslado fue inmediato. Las ordenanzas que se dio el concejo más tarde, en 1.699, en su apartado segundo lo indican claramente al señalar que la elección de los cargos municipales ha de ser en “la villa de del Franco, la cual es y ha de ser cabeza de jurisdicción como después que se hizo la redención del concejo y se dio la posesión se ha usado y se usa”. Por tanto, el traslado de la capitalidad de Suero al lugar que se va a llamar El Franco se produjo inmediatamente después de la toma de posesión de la franquicia en 1.584, empezando a llamarse Franco a partir de esa fecha el término municipal en su conjunto y el lugar de asentamiento de las nuevas dependencias municipales”.

Hasta aquí la interesante información del Sr. Rodríguez Fernández, avalada por, según él, abundante documentación. Sin embargo, como voz popular y ciudadano de a pie, voy a permitirme, como decíamos al principio de este escrito, exponer algunas sugerencias y preguntas que parecen surgir de la referida información y otros escritos y opiniones sobre este mismo tema, sin que ello signifique menosprecio, crítica, ni, mucho menos, poner en duda la amplia transcripción documentada del referido exponente, digna de tener muy en cuenta, como no podría ser de otra manera. Sugerencias, éstas, que pudieran aportar alguna luz o idea que pueda, en cualquier caso, dar más solidez a la toponimia de El Franco, un tanto oscura, por la información bastante deficiente y complicada que existe.

Lo primero que se observa en el referido escrito, es que, en la documentación consultada, aparecen citados todos los pueblos desde Navia a Porcía, excepto Lóngara (Llóngara), S. Pelayo, e, incluso, Valdepares, y, por supuesto, El Franco; es decir, después de dejar sin citar a Lóngara, menciona Mohices (La Caridad) Merles (Mernes) y, de aquí pasa a Purzía (Porcía), sin mencionar para nada S. Pelayo, Valdepares, y, claro, El Franco. ¿No existía ninguno de estos pueblos ni, tampoco, El Franco? ¿era El Franco una prolongación de Porcía, Valdepares o Mernes (ya que Valdepares ni S. Pelayo no se mencionan), sin ningún otro nombre?. La piedra de armas que tenía el Ayuntamiento en El Franco con la inscripción “FRANCO POR EL REY – LIBRE POR SU LEY”, que es la misma que tiene hoy el anterior edificio del Ayuntamiento, en La Caridad, ¿es la misma que tenía en Sueiro?, puesto que no se puede afirmar, según Marcelino Fernández, que sea o no sea la misma. Si es la misma piedra, tuvo que ocurrir una de estas tres cosas: que ya tuviera esa leyenda, por lo que continuaría con ella hasta la actualidad, descartando, en este caso, toda relación de la referida leyenda con la franquicia que se le atribuye; que tuviera otra leyenda o ninguna y se le cambiara o pusiera el lema que actualmente tiene, “FRANCO POR EL REY – LIBRE POR SU LEY”, cuando el concejo fue liberado y asentado en la zona de El Franco. Si no es la misma, cosa que no se sabe, lógicamente la piedra sería construida con la actual leyenda cuando la emancipación del concejo, por lo que no habría más problema. Por otra parte, cuando se emancipó El Franco, supongo que otros concejos también optaron por la independencia, quedando, por tanto, igualmente libres de impuestos, ya que la Ley sería igual para todos; sin embargo, parece que ninguno optó por poner ese nombre de Franco a su concejo; es más, algunos pueblos de los concejos de Tineo y Grado llamados Francos, por el contrario, sí se atribuye su toponimia a “individuos francos”, peregrinos franceses y otros puntos de Europa, toponimia que descartamos para nuestro concejo. Es cierto que El Franco tuvo que regocijarse al quedar liberado, con sus privilegios, de la Obispalía de Oviedo, pero también se sabe, o se intuye, que después tuvieron que pagar más impuestos al Estado que estaban pagando a la Iglesia, ya que aquel necesitaba mucho dinero para las guerras que venía sosteniendo, por lo que se deduce que este regocijo era sólo por la libertad y algunos privilegios que esto llevaba consigo. En lo que respecta a la hipótesis del Padre Gregorio Rodríguez Cabello, relacionando a San Franco de Siena (no S. Francisco) como posible protagonista del nombre de El Franco por permanecer durante algún tiempo en este pueblo, es significativo que exista una imagen de este Santo en la iglesia de Miudes (S. Franco), pues parece que no se conoce en Asturias, ni fuera de ella, semejante imagen con este nombre; aunque esta hipótesis puede resultar ciertamente fantástica, lo cierto es que la imagen de S. Franco (no S. Francisco) la tenemos en Miudes, sin que nadie haya explicado por qué, precisamente, se encuentra entre nosotros; aunque también pudiera ocurrir que, ciertamente, este hombre estuviera por estas tierras, sin más influencia en nuestro concejo que su santidad, hacer penitencia, ser, simplemente, una leyenda o la posibilidad de que el nombre de S. Franco sea una abreviatura de S. Francisco. Por otra parte, las ordenanzas de que se habla fueron redactadas en el año 1699, nada menos que 116 años después de la emancipación del concejo, y fueron ratificadas por el Ayuntamiento y el vecindario 80 años más tarde, en 1779, al no aceptarse una reforma de las mismas que pedía la Diputación Provincial, por lo que no parecen tener relación, dichas ordenanzas, con la toponimia del concejo.

Las manifestaciones festivas del año 1984 fueron la conmemoración del 4º Centenario de la independencia o libertad del concejo y que nada tuvieron que ver con su toponimia, a parte de que la mayoría de los habitantes del municipio ni se enteraban de tal centenario. Por todo ello, los más de 400 años transcurridos, documentación desaparecida y la que hay muy deficiente, no parece resultar fácil asegurar el significado del nombre de El Franco que tiene nuestro concejo, y cualquier conjetura de las expuestas puede tener algo de realidad; aunque, ciertamente, la exposición del Sr. Rodríguez Fernández y otros autores, puede ser, de momento, la más lógica, pero habría que explicar las incógnitas, sugerencias y preguntas que en este escrito se exponen como voz popular, lo que no resulta nada fácil por no existir documentación fehaciente al respecto para poder asegurar si el escudo que hoy tenemos en La Caridad es o no el mismo de Sueiro (saberlo sería muy importante) y si el pueblo de El Franco dio nombre al concejo o el concejo dio nombre a El Franco. Qué fue lo que ocurrió primero.

No obstante, por si lo anteriormente expuesto no fuera muy creíble, tenemos también el testimonio, no sé si con suficiente credibilidad, de D. Bernardo Acevedo, sobre la investigación del topónimo de El Franco.

Copiamos literalmente del libro “Boal y su Concejo” de D. Bernardo Acevedo, el siguiente fragmento de las páginas 81, 82 y 83 de su libro:

“... El canónigo Posada dice que todo el territorio de Boal pertenecía a Castrillón y que la Mitra ponía allí un alcalde para los lugares que componían el anejo de Castrillón.

Creemos que esta noticia está equivocada y que lo que el canónigo Posada ha querido decir es que Boal pertenecía á Castropol (no á Castrillón) y que en Castropol ponía el Obispo un Merino, más tarde Alcalde que gobernase los lugares que componían el concejo de Castropol.

Porque de tomar á la letra el texto de Posada caeríamos en el absurdo de poner lo anejo como cabeza de lo principal, é iríamos contra la verdad demostrada de que Castropol y su alfoz (y en esta alfoz estaba Boal) fué gobernado por un Merino Castellero, ó Tenedor de la casa-forte, Merino que después cambió su nombre por el de Alcalde mayor. Al comenzar el siglo XVI - y aquí está la cuestión de nuestra investigación- ya la tierra de Ribadeo aparece dividida en cinco concejos, que eran Castropol, Piantón, Barres, Franco y Grandas, y sabemos que Boal é Illano correspondían al Franco, lo cual no hubiera sucedido de estar Boal sometido al Alcalde episcopal que Posada supone puesto en Castrillón.

Subsistieron estos organismos concejiles con su Alcalde Mayor, sus Jueces, Alcaldes ordinarios, Alcaldes de Hermandad, Regidores, Alguacil mayor, Notarios y Andadores, siendo la voluntad del obispo la ley municipal entonces vigente, hasta Felipe II que habiendo obtenido de la Santidad de Gregorio XIII rescripto para “desmembrar y vender perpetuamente cualesquiera villas, lugares y jurisdicciones con las demás cosas temporales anejas á las santas iglesias de estos reinos, tuvo á bien desmembrar de la dignidad episcopal de Oviedo las tres feligresías de Santa María Magdalena de Doiras, Santa Marina de Serandinas y Santiago de Boal, con su anejo de Castrillón, que componen el concejo de Boal, con sus vasallos, términos y jurisdicción civil, criminal, alta, baja, mero y mixto imperio, rentas jurisdiccionales”, etc.

Esta es la referencia del Sr. Acevedo, en la que parece demostrar que El Franco existía a principios del siglo XVI, incluso como concejo y al que pertenecían, cosa casi inaudita, Boal e Illano; aunque sometidos a la Iglesia, es decir, que todavía no eran independientes, ya que El Franco no lo fue hasta finales del siglo XVI, en el año 1584, pero sin Boal e Illano, ya que estos lugares lograron también su emancipación por esa misma época. Todo esto demuestra, de alguna manera, que El Franco existió como pueblo, concejo o lo que fuese, antes de ser redimido o independizado el municipio, por lo que nos viene a confirmar, si esto es así, que el nombre de El Franco nada tiene que ver con su independen

Asimismo, copiamos literalmente (excepto ciertas abreviaturas) la descripción que hace del concejo de El Franco, Pascual Madoz, en el tomo correspondiente a Asturias, de su interesante Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España, publicado en 1845-50:

“El Franco: ayuntamiento en la provincia, audiencia territorial y diócesis de Oviedo (17 leguas), partido judicial de Castropol capitanía general de Castilla la Vieja (63 ½ á Valladolid). Situado al N. de la provincia, en la costa del Océano Cantabrico, con buena ventilacion, y clima bastante sano. Comprende las feligresias de San Cipriano de Arancedo; Sta. Maria de la Braña; Sta. Maria de Miudes; Sta. Maria de Mohices; Sta. Maria del Monte; San Juan de Prendones; y San Bartolomé de Valdepares: advirtiendo que el lugar de Lebredo pertenece a la feligresía de Arancedo, y á la de Cartavio en el ayuntamiento de Coaña. La municipalidad reside en el pueblo del Franco, feligresía de Valdepares. Confina el término municipal por el N. mar Cantabrico; por el E. ayuntamiento de Coaña; por el S. el de Boal, y por el O. con el de Castropol. Le cruzan de S. á N. 3 riachuelos, que en direccion casi paralela van á desaguar en el océano: y en varios puntos brotan fuentes de esquisitas aguas que sirven para beber y otros usos. El terreno en lo general es llano y fértil: hácia el S. y O. Tiene montes de diferentes magnitudes, donde se crian castaños, robles, pinos y otros árboles, hallándose tambien muchas y sustanciosas yerbas de pasto. Los caminos son locales y en mediano estado; el correo se recibe de Navia 3 veces á la semana. Produce cereales, lino, patatas, legumbres, hortaliza, garbanzos y castañas: hay ganado lanar, cabrio, de cerda y el vacuno preciso para las labores: caza de liebres, conejos y perdices: y pesca de varias especies en los rios, realizándose la de atun, besugo, mujol, congrio, sardina, pulpo, etc., en el mar. Industria: agrícola, telares de lienzos ordinarios y molinos harineros. Comercio: estracion de lienzos, jamones y pesca, é introduccion de géneros de vestir y comestibles necesarios. En Valdepares se celebra una feria mensual, cuyas principales especulaciones consisten en ganados, especialmente de cerda, y en géneros y frutos del pais. Población: 864 vecinos, 3.952 almas: riqueza imponible: 925.567 reales. Contribucion: 62.293. Habiendo satisfecho por la de inmuebles 72.562 reales.

“El Franco: lugar capital del ayuntamiento de su nombre en la provincia y diócesis de Oviedo, partido judicial de Castropol y feligresía de San Bartolomé de Valdepares”.

De esta descripción de Pascual Madoz y demás opiniones expuestas en este artículo, sobre la toponimia de El Franco, cada uno que delibere, coteje y obtenga las conclusiones que, de dichas opiniones, se deriven.

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